HOLA

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Mi nombre es Elvita, Estudiante de Educación Inicial de la univercidad Estatal De Bolivar Ecuador, mi propuesta es brindar una idea para la práctica docente me identifico con la función educativa del Nivel Inicial y con el espíritu crítico que permite un pensamiento y un hacer con independencia y autonomía
El sitio se propone, a través de sus contenidos, potenciar y desarrollar, las competencias que le permitan al docente utilizar los conocimientos adecuados en el momento necesario para resolver situaciones problemáticas que se le plantean en su accionar.
ya que los niños en el Jardín comienza a aprender sus primeras letras para darle vuelo a la creatividad y sustentar los valores esenciales de la Educación Inicial.





¡Hola! En este sitio encontrarás diferentes actividades

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Elvy

lunes, 10 de mayo de 2010

Breve historia

Teresa Brunszvik (1775-1861)

El primer instituto de educación preescolar fue fundado en 1816 en New Lanark, Escocia, por el pedagogo Robert Owen. Posteriormente el siguiente instituto del que se tiene registro fuera de Escocia fue fundado en Hungría el 27 de mayo de 1828 por iniciativa de la condesa Teresa Brunszvik (1775-1861) en su residencia en la ciudad de Buda bajo el nombre de Angyalkert (Jardín Ángel).[1] Pronto el concepto se difundió por varias regiones del Reino húngaro, volviéndose una institución popular entre las familias de la nobleza y la clase media húngara.

En 1837, el pedagogo alemán Friedrich Fröbel (1782-1852) abrió la primera institución preescolar fuera de Hungría, fundándola en Bad Blankenburg, (actual Alemania) bajo el nombre de "Institución de juego y ocupación", la cual luego de 1840 tomó el nombre de Kindergarten (Jardín de Niños). El concepto pronto se propagó en Alemania y posteriormente en Inglaterra a partir de 1851 y en los Estados Unidos en 1856. El primer preescolar financiado por el Estado se abrió en 1873 en Norte América, fundado por emigrantes alemanes en la ciudad de San Luis (Misuri).

¿Cómo elegir el primer jardín de infantes de mi hijo?

Para el bebé y el niño, jugar es la manera de descubrir, explorar y conocer el mundo.
La elección de un jardín para un hijo no es del todo fácil. En realidad, lo que sucede es que es la primera vez para ambos, él y ustedes, que deberán adaptarse a un cambio. Acostumbrados a su casa, sus rutinas, cuidados inmediatos sin tener que compartir ni cariño ni atención, van a pasar a un espacio desconocido.


¿Complicado planteado así? Pero es todo lo contrario. Este proceso es totalmente enriquecedor para el niño. Lo importante es no saltear etapas; que se elija una escuela de confianza y que la incorporación sea progresiva: la adaptación se hace poco a poco.

No hay recetas mágicas ni hay que convertirse en una experta pedagoga para poder elegir el jardín de infantes más apropiado. Basta tener sentido común y ser un buen observador. Es importante que se conozca previamente el lugar, y no sólo las instalaciones sino su funcionamiento cotidiano. Además, se debe mantener una charla con la futura maestra, para hablar temas de alimentación, higiene, limites, siesta, cuidados, etc.

Una buena institución en general debería:

Antes de la incorporación se requeriría de una entrevista con el fin de conocer lo más posible los hábitos, preferencias, ritmos, características del niño.
Tendría que brindar toda la información que se necesite para crear confianza y hacer sentir que la escuela es un lugar que pertenece también a los padres.
Facilitar la incorporación progresiva de los chicos al jardín. Lo ideal es que se mantenga en los primeros 5 días hasta que tu hijo pueda quedarse por dos horas sin reclamarte. Los primeros días ira sólo un ratito para irse habituando.
Que haya un medio para que se comuniquen diariamente que ha pasado, a qué jugó, qué comió, si durmió, etc.

Una buena sala de 2 años le da mucha importancia a todas las necesidades de un niño y sabe que los mimos, afectos y cariños son esenciales!

Empezar el jardín de infantes

¿Está su hijo preparado?
Si su hijo/a tiene cinco años o va a cumplir cinco años pronto, posiblemente usted se esté preguntando si es hora de inscribirlo/a en el jardín de infantes. Tradicionalmente, las escuelas se han basado principalmente en la edad para decidir si un/a niño/a está preparado/a para comenzar el jardín de infantes. Si bien la edad es importante, tanto los maestros de preescolar como los de jardín ahora también están evaluando diferentes habilidades y comportamientos para determinar si un/a niño/a está preparado/a para dar este paso.

Reuniones de juego para su hijo/a de preescolar


Reuniones de juego para su hijo/a de preescolar
Los grupos de juego y las reuniones de juego son excelentes para usted y su hijo/a. Su hijo/a se divertirá, desarrollará habilidades sociales jugando con otros niños e incluso jugará y experimentará con otros juguetes que quizá no tenga en su casa. Usted también se beneficiará con el contacto con otros padres. Si programa reuniones de juego con otros padres, formará una red de padres importante que le hará bien y le será útil. Mientras los niños juegan, usted puede relajarse un poco y disfrutar las conversaciones con los adultos. Pueden intercambiar consejos sobre la crianza de los niños y hablar sobre los desafíos que deben afrontar como padres. Además, es posible que usted tenga respuestas para las preguntas de otros padres y que ellos tengan respuestas para sus preguntas. Recuerde que entre padres pueden ayudarse y apoyarse muchísimo.
Consejos sobre los grupos y las reuniones de juego
•Comience con familiares y amigos que tienen niños de casi la misma edad. Contáctese con la biblioteca local, el centro comunitario, la iglesia, la sinagoga o la mezquita para averiguar si ofrecen actividades y eventos para padres y niños. Cualquiera de estos lugares es genial para conocer a otros padres y familias.
•El patio de recreo local es un lugar al que normalmente van familias. Allí usted puede conocer a otros padres que están interesados en ir a reuniones de juego o en formar un grupo de juego.
•Tenga en mente que los padres pueden tener más de un/a niño/a y que a veces necesitarán traerlos a todos a la reunión de juego. Por eso, asegúrese de preguntarles con anticipación.
•Haga planes para que los niños se diviertan. Prepare algunas actividades para entretenerlos, como manualidades. Según la actividad que usted haya preparado, es posible que los niños necesiten supervisión y ayuda de los adultos, así que esté listo/a para colaborar.
•Si piensa darles una merienda durante la reunión de juego, verifique si son alérgicos a algún alimento y si hay cosas que no tienen permitido comer.
•Fije un horario. Al principio, organice reuniones de juego cortas para ver si los niños se llevan bien. Si lo hacen, puede comenzar a alargar las reuniones de juego, pero recuerde fijar un horario de finalización porque los niños pueden ponerse fastidiosos (y eso indica que es hora de ir a casa).
•Túrnese con otros padres para organizar reuniones de juego.
•Hable de situaciones difíciles y de cómo los padres normalmente las manejan, por ejemplo, el lenguaje inapropiado o las peleas por un juguete.
•Recuerde que el propósito de una reunión de juego es que los niños lo pasen bien. Si su niño/a está enfermo/a o está sufriendo de ansiedad por separación, quizá sea buena idea esperar para ir a una reunión de juego.

Actividades para hacer con su niño de edad preescolar


Si usted es padre o madre de un niño de edad preescolar, seguramente está escuchando muchas respuestas como “No!” o “¡Puedo hacerlo solo!”, a medida que su niño empieza a querer ser independiente. A esta edad, su hijo aprende algo nuevo cada día, y usted puede apoyar su desarrollo dejando que tome algunas decisiones pequeñas, haciendo actividades divertidas y ayudándolo a explorar cosas nuevas.

Ofrezca alternativas. Si le pregunta a su niño qué ropa quiere ponerse cada día, seguramente estará preparando el terreno para una mañana de rabietas cuando él o ella elija ropa de verano en pleno invierno y usted tenga que decirle que no. Ayude en cambio a su niño a tomar algunas decisiones pequeñas ofreciéndole alternativas, por ejemplo, elegir entre dos prendas de vestir, o si comerá cereal o tostadas de desayuno.
•Deje que su niño lo intente. Tenga paciencia con él o ella, ya que, por ejemplo, tal vez deba intentar atarse los cordones de los zapatos varias veces hasta lograrlo. Compre ropa que su niño pueda ponerse y sacarse solo fácilmente. Si se frustra, ayúdele explicando las tareas difíciles paso a paso y alábelo cuando las complete. Y lo más importante: recuerde que un poco de humor puede ayudar a convertir un momento difícil en algo divertido. Si su niño de edad preescolar se niega a ponerse un abrigo, póngaselo al perro. ¡Con la distracción y las risas tal vez logre que se lo ponga de inmediato y sin protestar!
•Explique sus expectativas claramente y hable con autoridad. Los niños de edad preescolar necesitan instrucciones claras. Por ejemplo, si dice “veo que guardaste algunos de los juguetes, pero me gustaría que los guardes todos en la caja”, usted está explicando claramente lo que quiere que el niño haga y además refuerza la buena conducta; mientras que si dice “este cuarto todavía está desordenado” no establece espectativas específicas y su mensaje es negativo. Además, a esta edad los niños necesitan límites. Dígale a su hijo lo que puede esperar y lo que usted espera de él o ella en cuanto a las tareas del hogar que puede y debería hacer, así como las consecuencias si no le hace caso.
Piense creativamente. Su niño de edad preescolar es activo y siempre necesita estar ocupado haciendo algo, pero pensar en actividades es fácil. A esta edad los niños tienen una gran imaginación y les gusta usarla. Juegue a disfrazarse con su niño, busquen papel y crayones y hagan un libro, ¡o simplemente salgan a caminar! ¡Todas estas actividades mantendrán a su niño ocupado, le ayudarán a aprender y serán divertidas para los dos!
Ayude a su niño con las transiciones. A esta edad, los niños todavía necesitan saber qué esperar durante el día. Aun si su niño tiene una rutina habitual, necesita tiempo para ajustarse a las diferentes actividades diarias, por ejemplo, dejarlo en la escuela. Usted puede facilitar estas transiciones hablando de ellas. Por ejemplo, dígale que le quedan diez minutos para jugar y que luego tiene que llevarlo a la escuela, y asegúrele que lo recogerá allí después del horario de descanso.
Háblele y léale a su niño. La mejor manera de apoyar el aprendizaje de un niño de edad preescolar y de pasar tiempo de calidad con él o ella es conversar y leerle. Aproveche actividades como los viajes en auto o tren para hablar sobre cómo le ha ido ese día o sobre el paisaje. Llévelo a la biblioteca y ayúdele a escoger libros que puedan leer juntos. Y por supuesto, haga que la lectura forme parte de la rutina de acostarlo a dormir, aunque le pida el mismo libro todas las noches. ¡Esto podría convertirse en el momento favorito del día incluso para usted!

APRENDIZAJES SIGNIFICATIVOS













Para que esto se lleve a cabo, el material de aprendizaje presentado por el educador debe ser potencialmente significativo, tanto desde el punto de vista de la estructura lógica de la disciplina o área que se esté trabajando, como desde el punto de vista de la estructura psicológica del niño o la niña. Suscitando el conflicto cognitivo que provoque en el niño o la niña la necesidad de modificar los esquemas mentales con los que se representaba el mundo y proporcionándole al niño o la niña una nueva información que le ayude a reequilibrar esos esquemas mentales que el educador, intencionadamente, ha tratado de romper.

La intervención educativa debe tener como objetivo prioritario el posibilitar que los niños o las niñas realicen aprendizajes significativos por sí solos. Es decir, cultivar constructivamente su memoria comprensiva, ya que cuanto más rica sea la estructura cognitiva en donde se almacena la información, más fácil le será realizar aprendizajes por sí solos. Es, en el fondo, el llegar a lograr que los niños o las niñas aprendan a aprender.